Muchas veces es mejor no escribir que hacerlo sin ganas. Menos mal que los deseos se recuperan tarde o temprano. Así que voy a disfrutar con los restos del naufragio de lo que fue un día el witch-house. Ése es el caso de Stefanie Franciotti y su proyecto Sleep Over (no voy a poner esos signos idiotas que incluyen algunos tontainas cuando se bautizan artísticamente). El próximo 27 se pone de largo con Forever. Me gusta, poco más voy a decir. Que cada lumbrera aguante su palo y se haga su sayo (desconchado pareado).
Rur