Andamos escasos por aquí de ideas. Y cuando hay alguna, más o menos original, hay que celebrarlo por todo lo alto. TSOWC merece todo mi apoyo: me gusta lo qué hacen y cómo lo hacen. Después del debut, llegó a finales del año pasado la remezcla del mismo (The Suicide Of Western Culture Remixes). Ya sé que estamos tocando producto congelado, pero no me importa, de algo hay que morir. Además, hay que revitalizar lo que la mayoría de veces discurre como inadvertido. La primera línea es el fondo de armario, y viceversa.