2 sept 2010

DIVINO ESTÁS



La gracia (y algunas veces desgracia) de escribir en un medio independiente es que practicas eso llamado autocensura, y acabas hablando sólo de lo que realmente te gusta (que muchas veces refleja más calidad que el hype de turno que predican los grandes gurús del ramo). Son ya muchos años años escuchando música (de manera seria unos 30), demasiados atesorándola (no sé realmente cuantos discos tengo), demasiados aguantando conciertos más o menos únicos (me fui deshaciendo de las entradas o invitaciones, así que no hay registro objetivo), demasiados asistiendo a festivales que nunca han hecho justicia a sus partícipes activos (y menos a los pasivos)... Así que llegada la hora, creo que puedo opinar, y opino, con cierto conocimiento de causa.
Que sirva esta intro salvaje para rendir pleitesía y reivindicar a uno de los personajes más admirados por mí a la hora de hacer canciones: Neil Hannon aka The Divine Comedy. Primero porque ha parido un maravilloso álbum en este 2010 (Bang Goes The Knighthood), y segundo porque tendré la posibilidad, o no, de verlo en directo por primera vez (tengo su dvd Live At The Palladium, pero creo que no es lo mismo) el próximo noviembre (Barcelona, Zaragoza, Aranda de Duero, Madrid y Murcia).
Lo descubrí tarde (el magnífico Victory For The Comic Muse fue lo primero que cayó en mis oídos), pero recuperé muy rápido el tiempo perdido. El recopilatorio que sacó Setanta después de que fichara por Parlophone (A Secret History... The Best Of The Divine Comedy) es una joya superlativa, y para mi modesta opinión, su disco más cuadrado (perdonen la incogruencia). Muchos dirán que se repite disco tras disco, yo creo en cambio que va madurando y sofisticando un estilo muy propio y definido. No me canso de oír esa voz de entreguerras que nos transporta a esos paisajes tan elegantes y decadentes que abundan en la pérfida Albión.
Por cierto, Parlophone le dió pasaporte en marzo de 2007. Tres años después, The Divine Comedy publica su siguiente larga duración en su propio sello, DC Records, alcanzando el nº 20 en las listas inglesas, cosa que no conseguía desde 2001, cuando inició su carrera en la subsidiaria de la EMI. Es el signo de los tiempos, hay vida después de las multinacionales. Y bendita sea esa tendencia, y que dure muchos años.