16 sept 2010

EL PRINCIPIO DEL FINAL




Cada vez me siento más contento escarbando en los cajones del pasado reciente. Están saliendo cosas interesantes, muchas más de las que yo podría imaginar en un día eufórico. He de entonar de nuevo el mea culpa por haber vivido ensimismado estos últimos meses, pero rectificar es de sabios, y en esas estoy.
Mi disco de cabecera es Black City (Ghostly International). Hoy ha caído en mis manos (salió el 17 de agosto pasado), y lo he pasado dos veces seguidas por la piedra de mis oídos. No es nada nuevo bajo el sol, pero es atractivo, interesante, ameno, absorbente, electrizante, apabullante... y no sé cuántos adjetivos más. No me explico como la MTV se nutre de lo que se nutre (ayer empezó a emitir en abierto vía TDT por aquí) cuando hay discos de la categoría de éste, que debería hacer sonrojar de vergüenza a la mayoría de subproductos que nos intentan vender. Y no estoy hablando de un producto extremadamente experimental, ni de un hype al uso, ni del Santo Grial de la música electrónica contemporánea, más bien estamos ante algo que ha surgido de las entrañas de alguien que está mucho más interesado en crear música que en vender música. Black City es funk, es pop, es techno, es ambient... es la banda sonora perfecta para la ciudad que nos mostró Ridley Scott en Blade Runner. Un álbum perfecto para el otoño que se nos viene encima. Ahora me dedicaré a repescar las obras anteriores de Matthew Dear, quizás encuentre la clave de porque ha llegado donde ha llegado con este pedazo de obra maestra.
Rur
http://soundcloud.com/timeoutnewyork/sets/matthew-dear